Como todos los años acabado el año rotario nos reunimos en casa de alguno de ellos y este año le ha tocado a Manolo Soto, que en compañía de su mujer Lourdes, nos abrieron las puertas de su casa.

La alegre reunión tenia su centro alrededor de unos 15 Kg de sardinas, que habían viajado de lejos para ser degustadas en el jardín de Manolo. El jardín estaba lindamente engalanado e iluminado y todo dispuesto. Hubo además de las sardinas y otras viandas, baños en la piscina, charlas y juegos hasta bastante avanzada la noche.

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